Pharmacophilia o los paraísos naturales

Libro complejo; por una parte es un escaparate de erudición y de la convergencia de mil ciencias en el estudio de la psicofarmacología. Por otro lado, es un libro de gran amenidad, precisamente por el gran acopio de información que presenta.

Aclamado por algunos como el libro del siglo, este ensayo de Jonathan Ott sobre el uso de las sustancias psicoactivas sentará cátedra.

    Ameno y erudito a un mismo tiempo, Jonathan Ott empieza su exposición demoliendo la idea de que los estados mentales inducidos por drogas tengan algo de artificial, a la vez que expone con toda claridad que usar sustancias modificadoras de la consciencia es tan natural como comer, dormir, amar o trabajar.

    Aunque este ensayo no trate sobre ninguna planta en particular, ni hable sobre su cultivo, o sobre su uso arcaico, sí que representa una 'antropología' contemporánea del uso de las drogas, o mejor dicho, una antropología futura sobre un modo sugerente y sensato de usarlas. Lo más sobresaliente es que para llegar a este punto Ott se sirve de su conocimiento enciclopédico sobre plantas, farmacología, literatura, antropología, química, y demás -entrelazándolo todo para dar como resultado un mosaico del más alto estilo literario, a la vez que un pequeño clásico del pensamiento farmacognóstico.

    Como dice uno de sus lectores, este libro debería tenerlo toda persona que consuma una forma u otra de droga: desde el café, pasando por el tabaco, hasta los medicamentos dispensados en la farmacia. Desde luego, entre los candidatos también se incluyen aquellas personas interesadas por los enteógenos, la alteración de la consciencia y el uso pragmático e inteligente de sustancias.

 PHARMACOPHILIA empieza demoliendo el falaz desdén expuesto por Charles P. Baudelaire en 1860, cuando caracterizó los estados inducidos por drogas como paraísos artificiales, para mostrar que son, de hecho, paraísos naturales, a diferencia de los paraísos verdaderamente artificiales de la poesía y artes conexas, la filosofía y la teología. Traza después una mapa del nuevo mundo feliz de la pharmacohedonología o ciencia de las drogas productoras de placer, que abarca desde las investigaciones sobre bioquímica del goce hasta las bases genéticas de la idiosincrasia y los divergentes gustos -y sensibilidades- a las caricias embriagadoras de distintos euforizantes. Por último, el libro ofrece propuestas específicas para una ingeniería psicofarmacológica basada en embriagantes más eufóricos y menos tóxicos, y para una posología psiconáutica, optimizando los medios para ingerir euforizantes optimizados. Presenta así, de forma poética y traslúcida, la sorprendente solución al llamado «problema de drogas», para deleite de todos los farmacófilos conscientes, y para consternación de todos los inconscientes... sean cuales fueren sus criterios y prejuicios farmacológicos particulares. En realidad, el autor ofrece la primera -y por ahora única- teoría general sobre la ebriedad y el hábito de consumir drogas, libre de incoherencias lógicas y parches políticos, apoyada ampliamente sobre pletóricos nuevos descubrimientos en el campo de la historia, la lingüística, la arqueología, la etnobotánica, la química, la farmacología y las neurociencias.